viernes, 30 de mayo de 2008

Estuve entre libros ayer.
Como cada vez que ando entre libros el agobio de la vanidad atestando estanterías.
Esa lucha interior mía entre acercarse a las palabras y alejarse del autor acercarse a las cosas y alejarse de sus nombres.
Como cada vez que ando en librerías el agobio de pensar cuanto artificio.
Cuanto artificio alrededor de algo tan simple.
Simple como ver escuchar sentir y transmitir.
Simple como señalar una nube con el dedo.
Bien.
Estuve entre libros ayer.
En el estante novedades las obras completas de Borchert.
Wolfgang Borchert.
Uno de aquellos hombres quebrantados en el este.
Sobrevivir a las balas para ahogarse en la orilla.
Ser un faro ser un barco en la tormenta.
Le leí hace diez años.
Hace más.
Lo leí como asombrado.
Frío y nieve y un aire naif, adolescente y brutal.
La voluntad inquebrantable de persistir en la agonía.
Agonía, siempre agonía.
La voluntad inquebrantable de vivir entre las piedras. En el sol sobre las piedras, en el viento, en el bosque.
La voluntad inquebrantable de seguir amando en este mundo demente.
El sol en la frente.
Afuera, frente a la puerta.

Wolfgang Borchert
Obras Completas.
Ed. Laetoli.