viernes, 1 de febrero de 2008

Mamá, tengo una nueva mascota

Acabo de hacerlo.
(Varias cosas)
Abrir el blog.
Rascarme la cabeza (gesto muy mío).
Suscribirme a Pepitas de Calabaza.
Son rojos. Son logroñosos. Me gustan. Publican libros que nadie más publica, que nadie más lee. Tienen una web que no me gusta. Está currada. No me gusta. No me gustan los botones, no me gustan los pop-upses. No me gusta el pulpo.
Pero el pulpo aquí no pinta nada.

Los conocí por un francés. Alessi dell’Umbria. Rojo, revolucionario y sensato.

La cosa, según el rojo es:

El urbanismo está concebido para incomunicar, compartimentar, hacer inteligible(la improvisación no se comprende, el barullo no se comprende, las ciudades que se deshacen se vuelven incomprensibles, y habitables, y bonitas... no te jode...).

Hay que impedirlo, hay que joderlo, estos tíos van en serio y se escriben entre ellos sin pudor: "Pasillos y corredores serán proscritos con la idea de evitar todo encuentro entre los inquilinos. Los rellanos y las escaleras, plenamente iluminados, habrán de considerarse como la prolongación de la vía pública"

Y por otro lado: “La izquierda no es la solución al problema, sino parte de él, porque además de no haber sido nunca revolucionaria, ni siquiera tiene ya medios de ser reformista y se conforma con agitar espantajos para movilizar a sus tropas. Cerrarle el paso al FN se convirtió así, durante los brillantes años del miterrandismo, en el argumento supremo (...) El colmo se alcanzó con el psicodrama electoral de la primavera de 2002. Entre ambas vueltas de la elección presidencial quedó prohibido abrir la boca para otra cosa que no fuera llamar a votar a Jacques Chirac a fin de cerrarle el paso a Jean-Marie Le Pen. Cualquier veleidad de debate (y en particular meterles las narices en la propia mierda a los popes de la izquierda) tropezaba invariablemente con aquella consigna única, repetida hasta la náusea, y todo aquel que intentase abrir un verdadero debate era acusado de complicidad objetiva con el fascismo. Dicho de otra forma: no hizo ninguna falta que Le Pen saliera elegido para que la libertad de expresión desapareciera: era ya cosa hecha.”

Poseso.

Así, empezando.

El calabazo ya me ha respondido. Tendré mis pepitas.

Apús.

Amén.

Jesús

(Viva el mal. Viva el capital)

No hay comentarios: