viernes, 1 de febrero de 2008

Jueces para la democracia

Se llama "my favourite universe" y es un audiobook de astrofísica que lee un tipo de Nueva York. Anteriormente había audioleido unas cosas del Alex Philipenko, que eran mucho más accesibles, um, organizadas. Philipenko vive me parece que en California, en el Caltech o por ahí. Y cuando tiene que observar, porque está en un grupo de medir el escroto de las Supernovas pues se va a Hawaii.

Se vé que hay días malos en los que la nieve cubre la cúpula del observatorio que está en lo alto del Mauna Kea, y el encargado del observatorio se niega a abrir la cúpula porque podría caer nieve en la antena y es, al fin y al cabo un instrumento de precisión. Entonces, y no me invento nada, que lo dice el Philipenko, entonces el tío coge y hace snowboard por la ladera del volcán hasta la playa, donde se pega un chapuzón y hace un poco de surf, Hawaii tierra rica en contrastes.

Yo personalmente he tenido días malos mucho peores que ese.

Por otra parte, el tipo del favourite universe ese es de Manhattan y se nota. Se nota un huevo.

De las doce lectures que hay una está dedicada por entero a lo que le pasaría a una persona que se la tragara un agujero negro. Con detalle. Otra se llama "ends of the world" y describe con morbo total cómo morirá el sol tragándose la tierra en el proceso de convertirse en gigante roja.

Como el sol llenará TODA la órbita de la tierra habrá un momento, justo antes de ser tragados, cuando el amanecer consistirá en el sol ocupando todo el horizonte. A mediodía todo el cielo sería sol.

Cuando explica estas cosas el tío disfruta.

Otra de las cosas, aunque ya estaremos liqui, es la colisión con Andrómeda, nuestra galaxia vecina. Y la tercera y mejor es que nos pegue un collejote un pedrolo como el que se llevó por delante a los dinosauros cuando cayó en Yucatán. Sale a pedrote de ese tamaño cada cien millones de años.

Viva la alegría.

Y otra cosa que leo es the boy with the striped pyjamas, en formato árboles muertos. Pché.

Y A man without a country, de Kurt Vonnegut.





He sido el primero en escribir la palabra escroto. Y también el segundo. Punto para mí.

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